Aunque al usar cualquier tipo de maquillaje ya buscamos que resalte las zonas que más valoramos en nuestro rostro o que oculte esas pequeñas imperfecciones que aparecen de vez en cuando, lo cierto es que las texturas de los productos pueden jugarnos mala pasada.
Este es el caso del corrector, un arma básica para nuestro tratamiento diario. Mientras cuando somos más jóvenes y todavía no tenemos muchas líneas de expresión es indiferente qué tipo de corrector usamos, conviene elegir uno de tipo líquido cuando alcanzamos la madurez. Las texturas terrosas o en pasta pueden subrayar las arrugas además de tapar la imperfección. En cambio, las líquidas se extienden mucho mejor.
De igual manera, es mejor evitar las bases en polvo, que marcan las arrugas debido a la textura. Todo lo que requiera una aplicación con pincel será un elemento que le dará pesadez al rostro. Todo lo contrario que las bases, sombras, coloretes o pintalabios líquidos, que transmiten una sensación de lozanía y de una piel hidratada.
Por otro lado, no está de más comenzar a usar una base con tonos amarillentos para todo el rostro. Sea cual sea el color de nuestra piel, o la época de año, apostar por una base que tienda a los tonos amarillos conseguirá dar una sensación de calidez y, por ende, de juventud.
Aprovechando que con la edad la cara pierde grasa y se aprecia mejor nuestra estructura ósea, es una excelente opción marcarlo en lugar de intentar disimularlo. Por eso, al igual como suelen hacer las mujeres con las caras más redondas, puede ser una buena idea aplicarse una sutil cantidad de colorete en los pómulos de manera vertical, lo que acentúa el hueso del pómulo.
En cuanto al maquillaje en los ojos, el primer paso recomendable es ondularse las pestañas, ya que la edad las convierte en caídas y planas, lo que también sugiere que se use una máscara alargadora de pestañas. En cuanto al lápiz de ojos, es hora de desprenderse del tradicional color negro que se ha usado siempre. Unos ojos muy marcados darán de nuevo una sensación de pesadez y es mucho más liviano usar un lápiz marrón solo en el párpado. Esto conseguirá intensidad pero de una manera más sofisticada y elegante.
Por otro lado, si suelen rellenarse las zonas de las cejas con un lápiz, se aconseja usar colores claros y escoger un marrón suave antes que un tono negro, aunque si se tiene el cabello rubio pueden usarse los colores más oscuros porque, precisamente, colaborarán para marcar la estructura ósea citada.
Por último, los labios tolerarán mucho mejor un tono nude, rosa palo o un sencillo bálsamo labial o blush. Elegir entre estas posibilidades dependerá del mismo color de la piel de cada persona, pero no hay duda de que si se trata de lograr una mayor ligereza, los colores oscuros como granates y púrpuras, o incluso los rojos, tan de moda actualmente, no tienen cabida. Además, tanto en labios como en ojos el perfecto sinónimo de lograr una mayor juventud es el brillo. Aplicar siempre un ligero toque brillante dará un resplandor que el rostro agradecerá.
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